Sonoros saludos a tod@s!!!
“Documental es todo método de registrar en celuloide cualquier aspecto de la realidad interpretado bien por la filmación de hechos o por la reconstrucción veraz y justificable, para apelar a la razón o a la emoción, con el propósito de estimular el deseo y ampliar el conocimiento y la comprensión, y plantear sinceramente problemas y soluciones en el campo de la economía, la cultura y las relaciones humanas”.
Y en los inicios del cine ya podemos ubicar el nacimiento del género documental, eso si limitado solo a la imagen en un primer momento y clasificado posteriormente como documental realista. Esas filmaciones de hechos cotidianos, de situaciones costumbristas que casi de una manera experimental proponían los Hermanos Lumiere, han evolucionado de una manera tan rápida desde sus comienzos hasta nuestros días, que los códigos narrativos sobre los que se asentaba en un principio han cambiado drásticamente, eliminándose ya las barreras (si las hubo alguna vez) entre la realidad y la ficción.
Pero me gustaría detenerme un instante en la frase «Bien por la filmación de hechos o por la reconstrucción veraz y justificable…». Estos términos (reconstrucción veraz y justificable) que ya de por si alimentan un debate que hoy en día todavía está muy latente, sirven para situar el objetivo de los especiales que iniciamos hoy en labobinasonora.net.
Unos objetivos que se centran en recopilar las distintas reflexiones de varios sonidistas y diseñadores de sonido acerca de distintas cuestiones como la construcción de una ficción sonora dentro de la realidad, la manipulación sonora de la audiencia o la modificación o engaño del contrato o marco Audiovisual.
Estas son algunas de las cuestiones que surgen y nacen como motivo fundamental de una necesaria reflexión, dentro de un escenario actual, en donde las lineas entre la ficción y la realidad sonora en el documental, han desparecido completamente.
En esta décima entrega los Diseñadores de sonido Alejandro García ‘RUFO’ y José Serrador (SoundDiseño) son los encargados responder a estas interesantes cuestiones acerca del tratamiento expresivo del sonido dentro del género documental.
Agradecemos especialmente a Alejandro y José su participación en estos especiales.
LA_BOBINA_SONORA: ¿Hasta que punto la manipulación sonora de la realidad que debe o debería rodear al género documental puede ser contraproducente para el mismo género y las intenciones del Director?:
ALEJANDRO_GARCÍA: Creo que hay un punto o línea que no deberíamos de traspasar cuando estamos hablando de documental. El género documental es algo real, no ficcionado. Estamos contando la historia o la verdad de algo o alguien que es real. Por muy realistas que queramos ser, ya desde el punto inicial de grabación, al colocar los micros en una dirección y no en otra ya estamos haciéndolo desde un punto de vista más subjetivo de lo que sería la realidad. Aquí ya existiría una primera manipulación. Al montarlo o al mezclarlo priorizando unos sonidos sobre otros ya estamos manipulando el sonido y por tanto la realidad.
El diseño sonoro en un documental siempre debe de ayudar al director a contar la historia y a mantener al espectador dentro de la misma. Al empezar el documental todos tenemos claro cuáles son las intenciones del director y los puntos que hay que resaltar. Es en el diseño sonoro donde debemos ayudar al director a resaltar estos puntos clave y a mantener al espectador dentro del documental cuando hay un respiro en la narración. Existe aquí también una manipulación del sonido pero en el mejor sentido de la palabra “manipular”, que es trabajar algo.
JOSE_SERRADOR: El sonido en el documental a mí me gusta que sea un reflejo lo más real posible de lo que estamos contando. Lo más parecido posible a como lo oiríamos si estuviésemos en el lugar donde ocurre la acción.
Depende en gran medida del tipo de documental que estemos hablando, pero en cierta forma el documental también es ficción, la mirada siempre esta y el director debe saber usar esta herramienta para saber transmitir el mensaje que desea lanzar.
LBS: Teniendo en cuenta diversos factores como los el calendario de post-producción y los presupuestos, entre otras muchas variables.
¿Existe dentro del género documental espacio para que la construcción de un mundo sonoro sea tan ‘Inmmersiva’ o importante como en una película de ficción sin afectar a su narrativa, a la historia en si?.
ALEJANDRO_GARCÍA: Existe un gran espacio dentro de los documentales para la construcción sonora. Es más, creo que una gran parte de la calidad final de ese documental pasa por tener un rico mundo sonoro. Evidentemente existen muchos tipos de documentales y de producciones y en unos puedes tener más espacio que en otros. Los buenos directores de documentales, por suerte, saben que el sonido los puede ayudar mucho a la hora de narrar, se apoyan en el sonido y el resultado salta al oído pero también a la vista: el sonido multiplica lo que vemos en imagen. Según la sensibilidad del director y un poco el tipo de documental, podemos tener más o menos presencia y ser más o menos ‘inmersivos’ como dices, pero he visto muchos largometrajes documentales que no tienen nada que envidiar al mundo sonoro de algunas películas. Un rico mundo sonoro en un documental para mí, es clave en la calidad final del producto.
JOSÉ_SERRADOR: En la mayoría de los casos, no se tiene en cuenta, pero cuando empiezan a conocer lo que se puede hacer con el sonido y como cambia el resultado, empiezan a darse cuenta que el sonido en un documental en muchas ocasiones es más importante que la imagen.
Hoy en día incluso los documentales se posproducen en multicanal y la ambientación sonora sobre todo de paisajes y momentos lleva la misma posproducción que una película de ficción.
La gente cree por norma que un documental requiere tiempos más cortos en el proceso de posproducción y eso puede ser en algunos casos pero hay otros que me encontrado que incluso el proceso de posproducción se alarga mucho mas.
Tuve que realizar un documental, que había sido rodado en la selva del amazonas, era una historia sobre chamanes y el único sonido que vino era el directos de las entrevistas, todo lo demás hubo que reconstruirlo y había que reconstruir desde la selva del amazonas, a los glaciares de Perú y podemos imaginar el trabajo que supuso hasta hacerlo creíble.
En la mayoría de documentales que he trabajado, la narrativa se mantiene a través un discurso sonoro potente, a diferencia de la ficción el trabajo de construcción sonora es hiperrealista y eso supone un tremendo esfuerzo ya que el público no solo debe oír lo que suena sino que además debe creer sin ningún género de duda que lo que suena es exactamente lo que está viendo, sino podemos hacer que el documental pierda interés e incluso deje de ser creíble.
LBS: ¿Realizas estrategias distintas o diferentes a la hora de afrontar la construcción de un mundo sonoro para un género de no ficción como el documental, con respecto a un género de ficción?.
ALEJANDRO_GARCÍA: Existen diferencias desde que se pone la primera piedra de la construcción del mundo sonoro. No es lo mismo diseñar un largometraje de ficción en donde hay que construir explosiones, tiros o efectos especiales que el mundo sonoro de un documental por ejemplo histórico. Son necesidades diferentes pero la base es la misma, elaborar un diseño sonoro que acabe construyendo un mundo rico en sonidos. Aunque siguen existiendo diferencias, la línea que separa el tratamiento sonoro de un documental ya no se diferencia tanto de la de muchas películas porque, cada vez más, muchos documentales lucen igual que una película.
JOSÉ_SERRADOR: Lo primero que intento cuando se me encarga un documental es estar desde el principio en todo el proceso sonoro del mismo. No siempre se consigue pero si intento que las tomas de sonido sean perfectas en la medida de lo posible, que se graben ‘WildTracks’ multicanal de todas las localizaciones, lo más extensos posibles.
Pero hay una diferencia muy específica entre el documental y la ficción, sobre todo en el tema de las entrevistas, donde a veces los productores no le dan la importancia debida dejando incluso en manos del cámara la grabación de las mismas. No se les ocurriría dejar al técnico de sonido de al mando de la cámara.
En la ficción una mala toma de directo puede arreglarse con doblaje, en un documental esta posibilidad no existe y si el discurso de un invitado no está bien hay que rechazarlo ya que si lo dejamos lo único que contribuimos es a crear confusión en el espectador y podemos tener un total maravilloso que si no se entiende, en el género documental es absolutamente inservible.
Es Imposible doblar la opinión vertida en un momento de una entrevista. En algunos casos se ha hecho y sinceramente es un error de bulto.
Por poner otro ejemplo en el ultimo documental que me encargue del todo el sonido directo, #Indestructible, hay varias secuencias que se rodaron en Islandia, el personaje principal iba andando por las grandes llanuras y montañas de la isla completamente nevadas.
Luego en pantalla había que dar esa sensación de soledad y grandeza, rodear a nuestro protagonista de ese sonido que desprende un gran paisaje nevado, podemos imaginar que el sonido de la toma era completamente inservible, éramos más de cinco personas de equipo caminando alrededor de nuestro personaje, la cámara iba sobre un ‘ronin’, por lo que los pasos del equipo eran inevitables, por lo que desde que se planificó el viaje, pedí mis tiempos para luego quedarme solo y grabar ese sonido en absoluta soledad.
Grabé los ambientes en multicanal, me grabe andando por la nieve y el resultado en pantalla fue ver a nuestro protagonista recorriendo esos parajes maravillosos y escuchando ese sonido del viento nítido que lo envolvía en completa soledad. Como se puede ver en este ejemplo el tratamiento fue el mismo que aplicaríamos en una película de ficción.
En otro documental que sonoricé, de temática muy distinta titulado ‘CREMADA’ dirigido por Silvia Quer, el tratamiento consistió en dotar a toda la imagen de archivo de sonido como si hubiese sido grabado en la época, para evitar largos silencios en pantalla y hacer que el espectador sintiera la dureza de las imágenes ya que además deber un bombardeo por ejemplo lo escuchaba y también escuchaba el derrumbe de las casas, las armas disparando y cargándose, lo que dotaba de un gran realismo a la imagen que veíamos, aunque en todos los casos cuando se grabaron esas imágenes no había sonido, pero eso nadie lo piensa mientras lo ve, simplemente se meten en la película y sienten ese sufrimiento.
En este documental también había muchas partes de ficción, por lo que el tratamiento integral del mismo fue como si de una película de ficción se tratara.
En otro documental titula ‘ESPIAS EN LA ARENA’ el tratamiento fue más o menos el mismo, pero en este también en vez de partes friccionadas, partes de animación que recreaban la ficción además en este documental hubo que reconstruir todo el sonido ambiente de la película. No porque del directo viniera mal, del directo lo que venían eran las tomas monofónicas de los paisajes, Hubo que recrearlo todo ya que se trabajo en multicanal y debíamos llenar todo el cine con el universo sonoro y no solo el canal central, para ello tome de referencia el sonido que venía grabado y estuve buscando y grabando sonidos que reprodujeran lo mas fidedignamente la serranía de Málaga, la bahía de Cádiz, o las calles de Madrid.
LBS: ¿Hasta que punto o en que linea roja podríamos llegar a la hora de exponer esas manipulaciones de la realidad al Director?.
ALEJANDRO_GARCÍA: La línea roja para mí comienza al distorsionar la realidad. Os voy a poner un ejemplo que me funciona muy bien con los directores: muchas veces los documentales explican peligros que afectan al mundo, a una especie, a un lugar, etc… A mí personalmente me encanta captar los posibles sonidos que pueda generar eses peligros, y a partir de ahí darles una presencia en el documental que alerte al espectador y a la vez ayude al director a recalcar un peligro existente.
Pongamos un ejemplo fácil: imaginemos por ejemplo un documental sobre la extinción de una especie entre otros motivos por la caza furtiva, pongo por ejemplo. Nosotros grabaremos disparos, pero el tratamiento sonoro de esos disparos, como peligro que son, tiene que ser muy notorio. El espectador es muy listo y sabe que es un peligro pero desde el punto de vista sonoro lo hemos de dejar claro y notorio para recalcar esa sensación dentro del propio espectador.
Como dije antes el sonido multiplica a la imagen. Eso sí, sin manipular tanto el sonido que el espectador ya no identifique un disparo en el sonid,o porque entonces estamos manipulando la realidad en vez de el sonido.
JOSÉ_SERRADOR: Una pregunta difícil, como he dicho antes la mirada siempre esta, incluso aquí hablo por propia experiencia, ya que he dirigido y producido documentales, además de sonorizarlos.
Para mí la línea roja seria, no engañar al espectador, haciéndole creer algo que no es cierto.
Pero si es verdad que podemos inclinar la balanza hacia el lado que queramos que el espectador se incline, resumiendo hacia lo que queremos ensalzar.
Por poner otro ejemplo, esta vez sin decir titulo, en un documental que me encargue de la posproducción de sonido, se mostraban dos formas de enfocar un mismo problema, bueno más que problema, dos formas de llegar al mismo sitio. Digamos que una era la más oficial y la otra la más natural o al menos una gran parte de gente así lo cree.
Bueno pues un poco el tratamiento que se dio sin desvirtuar la realidad fue que en la parte más científica de resolver el problema se usaron sonidos más duros, fríos, impersonales, con un resultado satisfactorio y en la forma más natural se usaron sonidos más suaves, dulces, acuosos, amables.
Se hizo esto para hacer que el espectador perdiera el miedo a esa otra forma de llegar al mismo resultado. Peros siempre sin desvirtuar la realidad ni omitir en el discurso los pros y los contras de una u otra forma. Esa es la gran línea roja.
En un documental sobre la selva del Amazonas, no pueden sonar sonidos de la Sierra, debes informarte, oír grabaciones del sitio y emular, no puedes poner un ambiente y quedarte tan a gusto porque suenan pajaritos, deben sonar los pajaritos de la zona.
En mi caso soy un gran amante del género documental, por lo que hablar con un director y exponerle mis cosas me es fácil, porque lo primero que nota el director es que no estamos trabajando un género menor, sino otra forma de expresión cinematográfica, cuando el director nota eso es cuando las barreras caen y la gran línea roja es no salirse del discurso que queremos transmitir, no poner un adorno por poner, saber ubicar un sonido y sobre todo que el espectador tenga la sensación de estar viendo una película, no una sucesión de imágenes una detrás de otra.
No nos olvidemos que las primeras películas que se hicieron eran de género documental y desde el punto de vista de la historia ese es el legado que vamos dejando. A través de los documentales podemos ver cómo ha ido evolucionando la sociedad, por lo que lo primero que tiene que contar un documental es “VERDAD”, sea desde el punto de vista que sea pero debe ser lo más fidedigno al tema que estamos tratando.
LBS: ¿Es posible que las construcciones o mundos sonoros que podemos realizar en torno a un documental puedan llegar a ser mas fieles que la propia realidad del momento del rodaje?.
ALEJANDRO_GARCÍA: Había un dicho por hay que decía que “mil máquinas jamás podrán hacer una flor”, nunca supe quien lo había dicho pero es una gran verdad. En los documentales, muchas veces por el propio formato, cabe la posibilidad de que en un momento en concreto en el que hemos hecho una toma, las condiciones sonoras se muestren alteradas por contaminación acústica o por la falta de alguna fuente sonora que normalmente suele estar. Entonces deberíamos hacer una construcción sonora que simule la realidad, ya que estaba alterada. Otras veces, y a mi me tiene pasado mucho con efectos atmosféricos o con ríos o cascadas, tenemos que suavizar de alguna forma tales efectos para hacerlos caber en una secuencia con diálogo y que no sea ininteligible. Aquí vemos que una construcción sonora que puede acercarnos más a la realidad del momento.
Creo que a no ser por el bien de la narración, por diálogo o por música, la construcción sonora del documental debe ser lo más fiel posible a la realidad, en los mismos niveles desde el punto donde transcurre la acción. Aunque nunca jamás la igualará y mucho menos superará a la propia realidad. Una secuencia por muy bien rodada y por muy bien sonorizada que esté, nunca transmitirá al espectador la misma sensación que si estuviese físicamente en dicha localización. También cabe decir que la industria y todos los que trabajamos en ella nunca cesaremos en el intento de acercar al espectador lo más posible a la sensación de estar in situ en el lugar donde transcurre la acción gracias a la tecnología que vamos teniendo a nuestro alcance.
JOSÉ_SERRADOR: Es posible y así debe ser, durante la toma hay un equipo de rodaje, gente hablando pasan coches fuera de campo, se oyen los pasos, pasan mil cosas que luego no pueden oírse en la pantalla.
Por lo que como he dicho a través de varios ejemplos a lo largo del relato, luego lo reconstruimos, para que suene bonito, dulce, potente, “REAL”, no os olvidemos que el cine ha puesto sonido a cosas que no suenan y ahora el imaginario social identifica ciertas cosas por como suenan en la pantalla.
Por lo que insto a los productores a que confíen en su jefe de sonido y lo incluyan en el proyecto desde el principio y le den la libertad para crearse la biblioteca perfecta para su documental, puedo garantizar que el resultado final será más que satisfactorio, porque conseguirán en posproducción ese sonido “REAL”, que durante la toma nunca podrán conseguir.
LBS: Si queréis añadir algo mas…
ALEJANDRO_GARCÍA: Muchas gracias, una vez más, a la bobinasonora.net por el trabajo que realiza, por el bien de esta maravillosa profesión. Ha sido un placer que contéis conmigo para este especial. Os espero a todos en www.rufosonido.com.
JOSÉ_SERRADOR: Muchas gracias por contar conmigo para este especial.
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