Sonoros saludos a tod@s!!!
Lo he de reconocer -No habrá paz para los malvados- de Enrique Urbizu es para mí una película de culto -y no tengo muchas-. Su audiovisón me ha hecho reflexionar acerca del poder de que ejerce una película en nuestro subconsciente cuando su planteamiento visual y sonoro van de la mano en una perfecta simbiosis, no sobresaliendo una por encima de la otra y ejerciendo una especie de atmósfera tan real que la puedes casi oler y tocar.
Los encargados de recoger, crear y dar forma al mundo sonoro que rodea a Santos Trinidad -José Coronado- son: Licio Marcos de Oliveira, Nacho Royo-Villanova, junto a todo su equipo de ayundantes, asistentes, artistas de foley y demás.. .
El cosmos sonoro de –No habrá paz para los malvados- nos propone jugar auditivamente en base a dualidad que presenta el personaje de Santos Trinidad -José Coronado-. Un antihéroe, alcohólico, solitario que posiblemente representa la desesperanza en si mismo, representado por un mundo sonoro atmosférico, complejo y taciturno, donde los ambientes de los prostíbulos, locales de copas y bares forman pequeños micromundos aurales que acentúan su propia soledad y decadencia.
Los primeros 15 minutos, con ausencia total de banda musical -solo música diégetica- reflejan con maestría lo que comentaba anteriormente. Es una oda a los sentidos sonoros, a la audiovisión, de como componer y diseñar unas atmósferas para que nos van atrapando poco a poco, buscando el mismo efecto con que lo haría la banda musical. Los ambientes y atmósferas sonoros nos van manteniendo gradualmente en un halo de nerviosismo visual y expectación, sin distracciones musicales de ningún tipo. Esa especie de pasajes y paisajes sonoros por los que transcurre los primeros pasos de Santos Trinidad tienen también un elemento y nexo común, la ausencia casi de diálogo, de voz, lo que provoca que las atmósferas y todos los sonidos personales – pasos, respiraciones, foley en general- se sobredimensionen en cada uno de los entornos y ejerzan un poder hipnótico sobre la escucha.
Destaco principalmente la escena en el desolado descampado a las afueras de Madrid, en donde Santos se deshace de los enseres y los casquillos de bala con los que asesino en el local nocturno a los mexicanos. Se trata de una sonoridad basada en la soledad, con un Madrid «caótico» al fondo. Santos situado enfrente de un bidón con fuego y rodeado por ese viento ténue.. a ráfagas, casi imperceptible… muestra la verdadera «soledad» del personaje, el contra todo y todos.
La dualidad esta representada por el mundo diurno, real y caótico que representa perfectamente la vida diaria de Madrid. Lo constituyen elementos, puntos de escucha y ambientes sonoros menos atmosféricos, más cercanos y reales como son la sonoridades de los centros comerciales, estaciones de autobuses, calles estrechas, barriadas de clase obrera, oficinas, tráfico etc.. . La sensación sonora es un tanto caótica, como la propia Madrid, pero perfectamente estudiada y estructurada en sus tiempos; particularmente me provoca una cierta sensación de separación con respecto al personaje de Santos, parece desubicado y hasta puede perder un poco ese halo de Antihéroe que le daba la protección esa atmósfera sonora nocturna .
Destaco, por supuesto, la secuencia final en la casa de campo, no la comento, hagan una audiovisón y me comentan… es maravillosa!!.
No digo más… solo véanla, escúchenla.. y así entenderán por que hay esperanza para el cine español.
Nivel de recomendación sonora: Imprescindible, para forajidos aurales.
IMDB
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Después de ver las maravillas que comentas no voy a dudar en comprarme el DVD.
No te arrepentirás.
Salu2